Los distintos niveles en el escenario simulaban un barrio similar a la vecindad del Chavo. Balcones y ropa colgada en sus barandas, negocios ("Bar Tuntun" y "Barbería El Peluco"), autos Chevrolet estacionados, faroles... Al fondo de un camino, una puerta.
Desde ahí salió el inquilino número uno, el más esperado para pagar la renta: Ricardo Arjona se enfrentó a más de 8.000 personas en el Roberto Carminatti y presentó su show Quinto Piso.
Más que campo de fútbol, la cancha de Olimpo se convirtió en un estadio de salsa, boleros, merengue, arreglos de jazz y rock. Por primera vez, en Colón y Angel Brunel, fueron mayoría las mujeres. Ellas bailaron, saltaron y cantaron todos los hits.
La totalidad de los temas contaron con el coro de las bahienses de principio a fin.
Musicalmente comenzó tranqui con El del espejo, luego se sumaron todos los instrumentos para Acompañame, Realmente no estoy tan solo y ¿Qué estas haciendo tú?.
Las baladas, boleros y canciones bien melosas dominaron el inicio con buenas performances de los violeros (eléctrica y acústica), el contrabajista, el percusionista (sobre todo con el bongó) y el violinista.
Con el correr del show luego se destacarían el saxofonista (se lució tocando y arengando) y el baterista (golpes firmes y a tempo).
Sobre la mitad del recital cantó el último meloso: Señora de las cuatro décadas . Arjona fijó su vista en una de ellas y le dijo que suba al escenario. La bahiense Cecilia Varela (41, de Kilómetro 5) no lo podía creer. Subió llorando y lo acompañó durante todo el tema.
"Ya lo había visto hace 14 años. No me olvido nunca más", dijo pegada al escenario.
A partir de ahí los temas se volvieron más rockeros, logrando así que todas se muevan, tanto en las tribunas como en el campo de juego. Si el norte fuera el sur, El problema, Tu reputación, Quién y Minutos sonaron al palo.
No faltó Historia de Taxi y para los bises dejó Tarde, Pingüinos en la cama y el final con la archi-solicitada Mujeres.
¿La deuda pendiente? Dijo que después iba a mover la colita pero al final se olvidó y además no cantó Ella y él , otro clásico de su cancionero.
Desde ahí salió el inquilino número uno, el más esperado para pagar la renta: Ricardo Arjona se enfrentó a más de 8.000 personas en el Roberto Carminatti y presentó su show Quinto Piso.
Más que campo de fútbol, la cancha de Olimpo se convirtió en un estadio de salsa, boleros, merengue, arreglos de jazz y rock. Por primera vez, en Colón y Angel Brunel, fueron mayoría las mujeres. Ellas bailaron, saltaron y cantaron todos los hits.
La totalidad de los temas contaron con el coro de las bahienses de principio a fin.
Musicalmente comenzó tranqui con El del espejo, luego se sumaron todos los instrumentos para Acompañame, Realmente no estoy tan solo y ¿Qué estas haciendo tú?.
Las baladas, boleros y canciones bien melosas dominaron el inicio con buenas performances de los violeros (eléctrica y acústica), el contrabajista, el percusionista (sobre todo con el bongó) y el violinista.
Con el correr del show luego se destacarían el saxofonista (se lució tocando y arengando) y el baterista (golpes firmes y a tempo).
Sobre la mitad del recital cantó el último meloso: Señora de las cuatro décadas . Arjona fijó su vista en una de ellas y le dijo que suba al escenario. La bahiense Cecilia Varela (41, de Kilómetro 5) no lo podía creer. Subió llorando y lo acompañó durante todo el tema.
"Ya lo había visto hace 14 años. No me olvido nunca más", dijo pegada al escenario.
A partir de ahí los temas se volvieron más rockeros, logrando así que todas se muevan, tanto en las tribunas como en el campo de juego. Si el norte fuera el sur, El problema, Tu reputación, Quién y Minutos sonaron al palo.
No faltó Historia de Taxi y para los bises dejó Tarde, Pingüinos en la cama y el final con la archi-solicitada Mujeres.
¿La deuda pendiente? Dijo que después iba a mover la colita pero al final se olvidó y además no cantó Ella y él , otro clásico de su cancionero.
Le dicen poeta
"Tu que creés que eres distinto/ porque te dicen poeta/ y tienes un mundo aparte/ más allá de las estrellas/ De tanto mirar a la luna/ ya nada sabés mirar/ eres como un pobre ciego/ que no sabe a dónde va", decía el gran Atahualpa Yupanqui.
No hay dudas de que las letras de Arjona son las que cautivan a tantas mujeres en nuestro país, en nuestra ciudad y en el exterior. Porque le escribe a las cosas que ellas viven cotidianamente. Veamos.
"Cómo encontrar una pestaña/ a lo que nunca tuvo ojos/ como encontrarle plataforma/ a lo que siempre fue un barranco/ como encontrar en la alacena, los besos que no me diste", dice. Y claro, ellas se maquillan y se codean con la cocina.
Además, se nota que las conoce.
"Sé que dices que tienes 20/ cuando tienes 23", afirma.
"Lo que nos pidan podemos/ si no podemos no existe/ y si no existe lo inventamos/ por ustedes, mujeres", concluye.
Fuente: LaNueva.com
"Tu que creés que eres distinto/ porque te dicen poeta/ y tienes un mundo aparte/ más allá de las estrellas/ De tanto mirar a la luna/ ya nada sabés mirar/ eres como un pobre ciego/ que no sabe a dónde va", decía el gran Atahualpa Yupanqui.
No hay dudas de que las letras de Arjona son las que cautivan a tantas mujeres en nuestro país, en nuestra ciudad y en el exterior. Porque le escribe a las cosas que ellas viven cotidianamente. Veamos.
"Cómo encontrar una pestaña/ a lo que nunca tuvo ojos/ como encontrarle plataforma/ a lo que siempre fue un barranco/ como encontrar en la alacena, los besos que no me diste", dice. Y claro, ellas se maquillan y se codean con la cocina.
Además, se nota que las conoce.
"Sé que dices que tienes 20/ cuando tienes 23", afirma.
"Lo que nos pidan podemos/ si no podemos no existe/ y si no existe lo inventamos/ por ustedes, mujeres", concluye.
Fuente: LaNueva.com
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