"Quinto piso" marcó el comienzo del espectáculo. Y junto con sus acordes, las diez mil personas que llenaron el predio, gritaron casi tapando su voz.
Después siguieron "Nadie se acuerda de ti", "Acompáñame a estar solo", "Realmente no estoy tan solo" (del álbum "Historias") y "Sin ti sin mi", entre otros temas.
Pasaron quince años desde la última vez que Arjona estuvo en Neuquén, en el club Independiente. Pero la fidelidad de sus seguidores es algo de lo que realmente no se puede dudar.
Desde las cinco de la tarde, comenzaron a llegar al lugar. En colectivo, en auto, caminando, se sumaron a la procesión para entrar y ocupar los lugares en el predio del casino.
Casi no vale la pena aclarar que la mayoría eran mujeres. Solas o en grupos, pero todas -o la gran mayoría- mujeres. Esas a las que el guatemalteco evidentemente sabe cantarles como pocos. "Lo amo. Lo esperé 15 años, todavía no lo puedo creer"; "me gusta lo que hace, lo que dice", eran algunos de los comentarios que se escuchaban antes de comenzar el recital.
Después fueron gritos, canciones, y puro placer para las mujeres que desde hace meses tienen comprada esa entrada (a 900 pesos las más caras), y ese pasaporte a la seducción. Aunque sea por unas horas.
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